La hacienda RINCÓN GRANDE, de la jurisdicción parroquial General Vernaza, cantón Salitre, de esta provincia del Guayas, en la parte que colinda con el río Macul, está conformada por huertos de cacao, de frutales en general y de sembríos de arroz. Eran sus propietarias, las ciudadanas de nacionalidad peruana Raquel Yager Rendón y Ana Yager de Chueca. Los campesinos organizados en la cooperativa del mismo nombre de la hacienda, dirigidos por FELIPE ALVARADO VERGARA, solicitaron el trámite de expropiación de la superficie que trabajaban en forma precaria. Momentos difíciles se presentaron por la violencia desatada contra los reclamantes, por parte del administrador Carlos Morán García. Enfrentamientos con armas de fuego y a machete, se dieron lugar por varias ocasiones.
Pero el hecho mas funesto, se suscitó el 26 de enero de 1.975. Aproximadamente a las doce del día, el niño NICOLÁS ALFREDO HERRERA CASTRO, hijo del cooperado José Herrera Vásquez, había subido a un árbol de mango. Intempestivamente se presentaron Carlos y Edilberto Morán, portando escopetas de cartucho. Carlos obligó mediante insultos al niño que bajara del árbol. Cuando el menor pisaba ya el suelo, le hizo un disparo cuyo proyectil no pudo impactarlo. Acto seguido, Edilberto Morán disparó contra el menor, hiriéndolo mortalmente en el cuello, a tal punto, que de inmediato cayó sangrante y desfallecido.
Ese día, los verdes árboles, se vistieron de luto. No hay palabras para calificar este hecho. Le arrancaron la vida, le cerraron los ojos a una criatura privándolo para siempre de la felicidad de continuar hermanado con el panorama a colores del campo, por el simple hecho de coger un fruto, que generosamente se lo regalaba la naturaleza.....
Agosto 21 de 2017
DR. JOSÉ SANTOS DITTO
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